21 junio 2011

SIEMPRE HAY 2 OPCIONES

Siempre tenemos una segunda opción, en ocasiones no está a simple vista pero es un hecho que siempre ahí esta. Era 1973 y después de existir un orden y una estabilidad en la familia, ante la muerte de mi padre comenzó la avalancha de cambios, la mayoría malos y aunados a otras desgracias que prefiero no mencionar pues desviarían el sentido de este tema. 
De repente los roles familiares cambiaron y no había de otra mas que enfrentar el nuevo entorno sumido en la nubosidad de la realidad. La estabilidad y el colegio de paga se comenzaron a fracturar, la economía familiar mostraba estragos y lo inevitable hizo su aparición, la escuela de gobierno fue pisada por primera vez por ese niño lleno de prejuicios y temores por creer que a ese tipo de escuelas solo asistía gente indeseable, remanentes de la sociedad capitalista. 
Debo de ser franco que el primer día de escuela me aterrorizaba y ese día no fue la excepción pero para el fin de esa semana ya estaba impregnado de mi nuevo entorno y se presentaba ante mi la nueva herramienta de la vida: "Elegir" y fue la primera vez que tuve la suerte de hacer lo correcto al impregnarme de ese nuevo lugar y sus alumnos y maestros y convertirme en uno mas de ellos.
Las finanzas familiares comenzaron a retomar la ascendente 2 años mas tarde y para cuando cursaba 2° de secundaria yo seguía en escuela de gobierno, ya había encontrado el gusto por la poca y en ocasiones escaza disciplina y fue cuando supe lo que era faltar a la escuela e irse al cine.
Mala decisión! Al cabo de un mes yo dominaba la cartelera cinematográfica de la Ciudad de México pero en el extremo comenzó a figurar una sombra que me acecharía por los siguientes 2 años, un fantasma al cual mi lógica me indicaba que no podía existir, me autoengañaba, pero ahí estaba....era "El Álgebra".
¿Como alguien se atrevía a hacer operaciones aritméticas con letras cuando las letras son para escribir?, seguramente era una materia que las escuelas ponían como una vía rápida al fracaso del estudiante y para cuando finalizara la secundaria solo hubiera unos pocos graduados y tienes razón, Yo no sería uno de ellos.
Goce de palomitas y películas hasta que no era suficiente la producción fílmica y había que buscar otra alternativa y esta aunque no me gustara era reintegrarme a la escuela, pero fue muy tarde cuando lo pensé. Una tarde mi Madre llego a la escuela llamada por el Subdirector y de sus labios escuchamos lo que sabía que tarde o temprano me sucedería: Estaba expulsado! justo a la mitad del ciclo escolar.
Paralelamente hicimos un viaje en esos días a un bello estado del centro norte del país y mis familiares me animaron a quedarme ya que al parecer podría salvar el año entrando a la escuela de Los Hermanos Franciscanos, así que me quedé y la mala noticia fue que podía ir a la escuela como oyente, nada más!
Y llego la hora de matemáticas y ansiaba saber quien sería el maestro y por lo pequeño del pueblo asumí que nos ensenarían los quebrados o la raíz cuadrada, pero no! Era nuevamente Álgebra...me quise morir cuando vi que la materia era impartida por el Hermano Mayor, un personaje el cual yo creía que solo sabía de rezos y teología (que equivocado estaba yo).
Regresé a la capital y como ya había recursos monetarios nuevamente regrese a una escuela particular mi querido Instituto Porvenir, se decía que esa escuela aceptaba los deshechos del sistema educativo y que por malas que fueran tus calificaciones o tu conducta, habría un lugar para ti.
Pero como seguía siendo 2° de secundaria del Álgebra nadie me salvaría! 
Recuerdo muy bien a Alberto nuestro maestro de Mate, un tipo bien parecido, deportista, joven pero, sobre todo con una gran vocación de enseñar. Ja! de seguro ni idea tenia idea de la clase de escoria educativa que tenia frente a él. Pero no tardo mucho en saberlo en el primer examen la mayor calificación fue 3! 
Yo apenas atine a escribir mi nombre y la fecha. Eso de las matemáticas no era para mi.
Pero fue ese mismo día de entrega de resultados del examen que aprendí esa gran lección de vida: La segunda opción!
Alberto aunque fingía no sorprenderse por las calificaciones y la apatía que nuestros rostros denotaban, supo ponernos en la misma frecuencia y gano nuestra atención cuando dijo:
"Tengo 2 opciones, la primera es dar mi curso, cobrar mi cheque y reprobarlos o regalarles la calificación o regresarnos hasta donde sea necesario en las matemáticas, reforzar esos conocimientos y aparte dar el curso correspondiente al 2° de secundaria y que lo aprueben"
La pelota estaba ahora en nuestra cancha, optamos por la segunda opción, comprometiendonos a duplicar el número de horas de la materia e incluso ir los sábados (sin que el maestro cobrara por esas horas adicionales), todos nosotros ganaríamos al tener la oportunidad de aprender aquellos conocimientos que por flojera o valemadrismo apartamos de nuestra vida por la estúpida idea de que nunca nos servirían en la vida.
Tuvimos la fortuna de disfrutar a Alberto 2 años, para cuando entre a Prepa junto con Carlos Hurtado (uno de mis mejores amigos en la vida) eramos eminencias en la materia y no solo en Mate sino en Física, lo cual nos llevo a la popularidad entre el grupo y a conocer a las chicas mas bonitas del grupo y por supuesto a hacerlas nuestras novias.
Nunca hubiera imaginado que las Matemáticas nos abrirían las puertas de las casas y de los papás de las muchachas, eramos los elegidos, eramos los chingones, eramos "La segunda Opción"

Con cariño y gran respeto a David Sansón, Alberto Martínez, Andrés Cuandón, Carlos Rondero y a todos mis maestros que me ayudaron a aprender que siempre hay una opción más.

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