Después de una larga pero necesaria ausencia de este espacio, regreso con nuevos bríos para compartir algo de lo que hace interesante, entretenido y ameno este mundo. Sin duda para muchos el mundo de hoy tiene poco o nada de divertido, sin embargo basta con voltear a ver la belleza de un parque, de una mujer, del cielo con sus firmamento de estrellas hasta hoy inalcanzables y nos podremos dar cuenta que el mundo nos lo hacemos gris nosotros mismos.
Yo era partidario de no creer en cosas como la depresión, los estados anímicos del hombre que nos llevan a extremos, a veces buenos, en ocasiones muy malos. Creía que las emociones estaban dominadas, sobretodo después de haber leído a Daniel Goleman en sus obras sobre la Inteligencia Emocional, pero ahí escondidas en alguna parte de nuestro cerebro se encontraban listas para desencadenarse ciertas reacciones quimicas que darían paso a emociones y sentimientos nunca vividos en antelación, emociones que se encubren con un ligero velo de cotidianidad y que aparecen como si siempre hubieran estado ahí.
Bastó verme solo, separado de una familia a la cual encabece y dirigí por mas de 20 años, para darme cuenta que mi mente podía elaborar los más complejos de los esquemas y potenciar emociones al grado de caer en esa espiral descendente, esa, que solo el fondo puede detener.
La perdida de esos seres queridos, que aunque siguen vivos, la distancia que nos separa de mi logró inundar mi cabeza de ellos, de los momentos que estuvimos juntos, de las risas, de las lágrimas, de la vida.
Yo me convencía a mi mismo que era parte normal de esta nueva etapa que estaba viviendo y que con el tiempo las cosas se compondrian, pasaron 2 años y las cosas lejos de arreglarse, parecían deteriorarse mas cada día.
La ayuda profesional sonaba ofensiva a mi ser, hasta que decidí aceptar mi nueva condición y comencé un tratamiento sicológico, después de cada sesión me preguntaba porque no lo había hecho antes?
Hoy soy diferente, he aceptado que las cosas cambiaron, que lo que daba vueltas tormentosas en mi mente solo eran recuerdos envueltos en fantasía, dar por hecho lo que no volverá a ser.
Hoy soy mejor, sigo sintiendo pero de una forma mas racional y mesurada.
Hoy comparto esto contigo para que si lo necesitas des el paso y busques ayuda. La vida cambia y uno debe cambiar con ella.
Yo era partidario de no creer en cosas como la depresión, los estados anímicos del hombre que nos llevan a extremos, a veces buenos, en ocasiones muy malos. Creía que las emociones estaban dominadas, sobretodo después de haber leído a Daniel Goleman en sus obras sobre la Inteligencia Emocional, pero ahí escondidas en alguna parte de nuestro cerebro se encontraban listas para desencadenarse ciertas reacciones quimicas que darían paso a emociones y sentimientos nunca vividos en antelación, emociones que se encubren con un ligero velo de cotidianidad y que aparecen como si siempre hubieran estado ahí.
Bastó verme solo, separado de una familia a la cual encabece y dirigí por mas de 20 años, para darme cuenta que mi mente podía elaborar los más complejos de los esquemas y potenciar emociones al grado de caer en esa espiral descendente, esa, que solo el fondo puede detener.
La perdida de esos seres queridos, que aunque siguen vivos, la distancia que nos separa de mi logró inundar mi cabeza de ellos, de los momentos que estuvimos juntos, de las risas, de las lágrimas, de la vida.
Yo me convencía a mi mismo que era parte normal de esta nueva etapa que estaba viviendo y que con el tiempo las cosas se compondrian, pasaron 2 años y las cosas lejos de arreglarse, parecían deteriorarse mas cada día.
La ayuda profesional sonaba ofensiva a mi ser, hasta que decidí aceptar mi nueva condición y comencé un tratamiento sicológico, después de cada sesión me preguntaba porque no lo había hecho antes?
Hoy soy diferente, he aceptado que las cosas cambiaron, que lo que daba vueltas tormentosas en mi mente solo eran recuerdos envueltos en fantasía, dar por hecho lo que no volverá a ser.
Hoy soy mejor, sigo sintiendo pero de una forma mas racional y mesurada.
Hoy comparto esto contigo para que si lo necesitas des el paso y busques ayuda. La vida cambia y uno debe cambiar con ella.
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