07 julio 2011

COMO SUPE QUE ELLA ERA ESPECIAL?

8pm de un aburrido lunes, tan aburrido como lo fue al pasado domingo y para hacerlo aún más, necesitaba beber algo, algo que me ayudara con la pereza que me cargaba ese día y no se porque me dejé llevar a la gran tienda departamental en lugar de ir una de esas tiendas que abundan en las calles con grandes letreros rojo y amarillo. Entre sin mirar a mi alrededor y me dirigí directamente al área de cervezas, la variedad era interminable y solo necesitaba estirar el brazo y tomar cualquiera de ellas.
Algo había en el ambiente esa noche, lo percibía, algo me comenzaba a rondar, era la sensación más extraña que hubiera tenido, sin embargo seguí adelante y me encaminé a las cajas mientras preparaba el dinero, cuando algunas monedas cayeron al piso, con enfado comencé a recogerlas cuando sentí su presencia cerca de mi, voltee discretamente a mi izquierda y ahí estaba la pareja de pies mejor formados que haya visto, llevaban puestos unos zapatos que los hacían lucir aún más, el color rojo de la piel de dichos zapatos hacia lucir su calidad y lo caro que deberían ser, noté que la suela era del mismo color, los tacones altos y proporcionales a la plataforma que estilizaban aún más aquellas tersas y largas piernas.
Estaba justo a mi lado cuando mi ritmo cardiaco comenzó a acelerarse, podía sentir mi propio pulso cuando mis dedos tocaban el suelo intentando  levantar las monedas, mi corazón retumbaba de solo admirar esas piernas que me pedían atención. Estaba a punto de incorporarme cuando escuche junto a mi una voz grave, solida pero delicada a la vez que me indicaba que había otra moneda justo abajo de su zapato.
La adrenalina desapareció para regresar impetuosa como un río desbordado cuando pude ver su cara, el contacto visual fundió mis sentidos. Ahí estaba ella, nunca la había visto en persona pero era idéntica a alguien que durante años me atormentó en sueños macabros, tensos y eróticos.
Su rostro era hermoso, pero había algo de frialdad en él, sus pómulos delimitaban una sonrisa atrevida, sensual y esos ojos podrían derretir cualquier tipo de metal. Su cabello negro intenso estaba perfectamente alisado y con un impecable corte, sentía las miradas de los demás clientes, sentía su envidia o compasión hacia mi.
Trate se sonreír al tiempo que me incorporaba admirando el perfectamente desarrollado cuerpo que ella tenia, tal como si la hubiera ordenado de un catalogo y era obvio que su atuendo impecable acentuaba cada una de sus partes.
Sus caderas alojaban un par de nalgas firmes y bien delineadas, apenas cubiertas por aquella diminuta falda que formaba su traje sastre. Trate de adivinar su aroma, pero no coincidía con ninguno de mi experto repertorio mental  de escencias y perfumes, afectaba cada una de mis neuronas ese perfume, me quitaba el aliento.
Trataba de adivinar si provenía de su cuello o de el escote de forma rectangular que dejaba ver la firmeza y el volumen de esos pechos tallados por un escultor.Pretendí no  darles importancia pero mi vista involuntariamente volvía a ellos uno y otra vez. Accedí a contestar afirmativa y tímidamente su pregunta sobre si había encontrado todo el dinero que dejé caer, pero ella momo mi mano y colocó en ella una moneda más, pero era diferente se notaba antigua y con inscripciones raras: CARP°ÄTIA WOLEN DEÖW.
Sentí un tornado de exitación y emociones cuando tomó mi mano, al tiempo que me inundaban pensamientos carnales e irracionales.
Sin pensarlo accedí a acompañarla hasta su auto y me pidió que la siguiera, que iba camino a una fiesta y sería grato llegar acompañada.
Como desconfíe de su invitación cambié su propuesta por la mía y ahora yo estaba al volante de su auto, acelerando sin razón, quería impresionarla cuando el impresionado era Yo.
Susurró algunas palabras en mi oído a tiempo que deslizaba su mano por mi cuello y cara, ya imaginaba la entrada triunfal a esa fiesta llevando a esa belleza a mi lado. 
La carretera asaltó nuestra orientación y nos dirigíamos no se ahora adonde, no me importaba, ahí estaba Yo con la mujer de mis sueños, que más podía pedir, claro, un beso!
Los más apasionados besos que había recibido y los mas intensos cuando se mezclaba la adrenalina y los 230 kilómetros por hora que su auto sin esfuerzo alguno desarrollaba en la pista.
Era mi noche de suerte, no pude seguir pisando el acelerador cuando vi como desabotonaba el diminuto saco que cubría su torso. El ambiente era denso, su magnetismo hacia estragos en mi, sus ojos me miraban de una forma que solo lo podría describir en aquellos sueños que me atormentaban por las noches, pero a la vez me fundían con su penetrante mirada.
Aparque en un paraje solitario solo lograba atisbar algunas luces lejanas, su aliento cada vez mas cerca aumentaba mi virilidad, me sentía como nunca antes, ella se sentó sobre mis piernas viendo directo a mis ojos, mientras mis manos buscaban desesperadamente el broche de su sostén de perturbadoras transparencias cuando sentí algo doloroso que se clavaba en mi cuello, creí que me arañaba pero sus manos estaban ocupadas en mi pantalón, nuevamente sentí aquel piquete en mi cuello, solo que ahora más profundo.
Trataba de adivinar que me hacia, ¿Que era aquello que la tenía prendida a mi cuello? Sentía como veneno ardiente mis venas y lo que corría por ellas, adrenalina pensé! Me sentía diferente ahora, algo nuevo había en mi sangre, poderoso, agresivo, no lo puedo describir. Un enorme cansancio me invadía, apenas podía mantener los ojos entre abiertos cuando recordé que no sabía como se llamaba ella, así que trate de alejarla de mi cuello cuando quedé paralizado de ver su rostro teñido de rojo y los enormes colmillos que aún goteaban de mi sangre.
lejanamente escuche su nombre: "VERZÄ"

 

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